miércoles, 18 de febrero de 2009

Huo Guo, el curioso puchero taiwanés!



No sé si conocen la sitcom Seinfeld, una serie de TV que cuenta la vida de 4 amigos en Nueva York; pero bueno, por si no saben de qué estoy hablando, se trata de un show humorístico que retrata el día a día de un grupo de personas viviendo en Manhattan. Uno de los personajes de la serie, llamado Kramer, tenía la idea de abrir una pizzería en el que cada cliente prepare su propia pizza: desde amasarla hasta hornearla, el cliente debía encargarse de todo el proceso de elaboración. La idea suena divertida, pero es tal vez poco práctica por algunas cuestiones: la falta de conocimiento sobre el preparado de la masa, la peligrosidad del horno y el resultado impredecible del experimento culinario. Además, uno supone que ir a comer a un restaurante implica también el hecho de ser atendido, de ser servido, y que como comensal uno se dedique a manducar y ya, sin pensamientos divergentes relacionados a la comida y su preparación.(Ideograma para fuego)



Bueno, no muy lejos de la idea de Kramer, los taiwaneses tienen un tipo de restaurante que se llama Huo Guo (Huo es fuego y Guo es olla, así que la traducción sería olla al fuego u olla caliente), en el que cada cliente se prepara su propio puchero. Así es: cada mesa está equipada por una serie de calentadores eléctricos ubicados debajo de la misma (hay un calentador por cada silla) sobre los que se posa una olla de acero inoxidable que queda al altura de la superficie de la mesa, como verán en las fotos.



Cada cliente puede regular la temperatura del calentador, y así de manera independiente administra el tiempo de cocción de su comida. Respecto a los ingredientes, se puede echar en la olla todo lo que uno quiera: carnes de variados colores, frutos de mar, vegetales y procesados especiales para este tipo de cocina, en base a mariscos y otros. En general hay dos tipos de restaurantes: uno es tenedor libre, en el que cada cliente se acerca hasta las heladeras y elige la carne que quiere comer, que por supuesto está cruda y presentada en fetas, lo mismo que los demás alimentos, también trozados o porcionados. El otro tipo de restaurante es por menú, y en ese caso una camarera te acerca los ingredientes a la mesa. En ambos casos, las bebidas y el postre suelen ser gratis. Así que cuando uno va a un Huo Guo sabe que se prepara para un festín de comida que suele durar varias horas, con resultados impredecibles.



En Japón el Huo Guo se conoce como Shabu Shabu, y funciona de la misma manera. Asumo que esta es una invención nipona, y digo esto sólo porque en general, muchas de las cosas que hay aquí en Taiwán tienen su origen en el Imperio del Sol Naciente, aunque por supuesto luego se localizan y se transforman en algo distinto y autóctono. Habrán otros que prefieran llamar “Fondue” a este tipo de cocina, pero yo por renagau nomás prefiero denominarlo puchero, esa mezcla simple y natural de alimentos frescos y nutritivos que en mi infancia solía odiar, pero que después con los años aprendí a disfrutar. Eso sí, acá en Taiwán nadie se pelea por comerse el caracú.



Así como en aquellos libros Elige tu propia aventura, en el Huo Guo uno elige su propio puchero, lo planea, lo gesta, lo ve nacer, crecer, madurar, y después con justicia se lo come. Huo Guo, ¿versión japonesa de la idea de Kramer, puchero taiwanés, o la forma más alta de cocina libertaria existente? Ustedes elijan.

sábado, 14 de febrero de 2009

¡Che, prende el farol, que se vino la noche se vino!



Les cuento que el lunes se llevó a cabo el tradicional festival de los faroles, una muy típica celebración cultural que tiene lugar en el último día del año nuevo chino.





Esta celebración cuenta de dos momentos: uno es la exhibición de faroles propiamente dicha, donde se pueden ver diseños muy interesantes de distintos estilos, con animales mitológicos y folclóricos. Como este es el año del buey, en esta ocasión se vieron muchos faroles con formas de vacas, toros, bueyes, y todo tipo de criaturas con cuernos, ubres y demás.





Pero, como Taiwán acaba de recibir dos osos pandas regalados por China, llamados Tuan Tuan (團團) y Yuan Yuan (圓圓) una gran cantidad de faroles hizo referencia a estos animales típicos del imaginario chino que muchas personas aquí consideran un tipo de caballo de Troya, teniendo en cuenta la larga tradición que tiene la llamada “Panda Diplomacy”, con resultados que entretienen por demás a los adeptos a las teorías conspirativas.




“Timeo Danaos et dona ferentes”: le temo a los griegos hasta cuando traen regalos”. No sé como se dice chinos en latín. Vale aclarar que Tuan Yuan (團圓) significa reencuentro, reunión.



Aquí en Taipei la celebración tiene lugar en el San Yat Sen Memorial Hall, que se erige no lejos del edificio 101, donde Sun Yat Sen, el padre del pensamiento republicano chino, es homenajeado. Durante la noche del miércoles, la zona se vio repleta de familias, quienes se hicieron presentes en el lugar para deleitarse con las luces de los faroles, los shows musicales y una presentación excepcional de proyecciones que se hicieron sobre el edificio del City Hall, con diseños por demás creativos.









El otro momento involucrado que este festival es el del encendido de faroles aerostáticos. En todo Taiwán se organizan distintas festividades de los faroles, siendo el de Pingshi uno de los más importantes. Allí en 2007 tuvo lugar un encendido masivo de faroles, ya que fue sede de un festival internacional dedicado a este tipo de lámparas tradicionales. Antes de encender y lanzar el farol hay que escribir en él augurios y deseos para el año que comienza.



Trabajo, el amor imposible, pectorales más fornidos, salud, la paz mundial, la finalización de las obras del camino negro, la reapertura de Interama, que los diarios dejen de titular "Se desploma Wall Street y caen las bolsas mundiales" para horas después publicar "Abren en alza las principales bolsas mundiales"... todo tipo de deseos son bienvenidos. Yo, de supersticioso nomás, no les voy a contar cuáles fueron los míos.